Fundación Gobierno De Dios
Quiénes somos
LA FUNDACIÓN GOBIERNO DE DIOS
No es producto de una creencia religiosa ni tampoco es capricho de una persona humana; es más bien un Mandato Divino que se hace realidad en esta época. La Fundación Gobierno de Dios no es una iglesia más, es el hogar del hombre nuevo en la tierra. Es una entidad sin ánimo de lucro por lo cual no exige diezmos de nadie como precio para ser parte de esta familia divina.
“ Como precio para entrar en el Reino de los Cielos, mi Padre no os exige que os forcéis a creer en cosas que son espiritualmente repugnantes, impías y falsas. No se os pide que ultrajéis vuestro propio sentido de la misericordia, de la justicia y de la verdad por medio de vuestro sometimiento a un sistema anticuado de formalidades y de ceremonias religiosas. La religión del Espíritu os deja eternamente libres para seguir la verdad, donde quiera que os lleven las directrices del Espíritu de Dios ”.
(1091.6) 99:5.7 Con la misma seguridad con que los hombres comparten sus creencias religiosas, crean también un grupo religioso de algún tipo que acaba creando unas metas comunes. Las personas religiosas se unirán algún día y se pondrán a cooperar realmente sobre la base de la unidad de los ideales y los objetivos, en lugar de intentar hacerlo sobre la base de las opiniones psicológicas y de las creencias teológicas.
Son las metas, en lugar de los credos, las que deberían unir a las personas religiosas. Puesto que la verdadera religión es un asunto de experiencia espiritual personal, es inevitable que cada persona religiosa individual posea su propia interpretación personal obre la manera de efectuar esta experiencia espiritual. La palabra «fe» debería representar la relación del individuo con Dios, en lugar de ser la expresión de un credo sobre el que un grupo de mortales ha conseguido ponerse de acuerdo como actitud religiosa común. «¿Tenéis fe? Entonces tenedla por vosotros mismos»
2084.6) 195:10.6 La llamada a la aventura de construir una sociedad humana nueva y transformada mediante el renacimiento espiritual de la fraternidad del reino de Jesús debería emocionar a todos los que creen en él como los hombres no se han conmovido desde la época en que caminaban por la Tierra como compañeros suyos en la carne.
(2085.1) 195:10.9 Muchas personas serias que ofrecerían gustosamente su lealtad al Cristo del evangelio, encuentran muy difícil apoyar con entusiasmo a una iglesia que da tan pocas muestras del espíritu de su vida y de sus enseñanzas, y a estas personas se les ha enseñado erróneamente que él la fundó. Jesús no fundó la llamada iglesia cristiana, pero de todas las maneras compatibles con su naturaleza, la ha fomentado como la mejor representante existente de la obra de su vida en la Tierra.
(2085.3) 195:10.11 El cristianismo se enfrenta seriamente con la sentencia incluida en uno de sus propios lemas: «Una casa dividida contra sí misma no puede subsistir».
(Mat 12:25; Mar 3:24; Luc 11:17) El mundo no cristiano difícilmente capitulará ante una cristiandad dividida en sectas. El Jesús vivo es la única esperanza de una posible unificación del cristianismo. La verdadera iglesia — la fraternidad de Jesús — es invisible, espiritual y está caracterizada por la unidad, pero no necesariamente por la uniformidad. La uniformidad es la marca distintiva del mundo físico de naturaleza mecanicista. La unidad espiritual es el fruto de la unión por la fe con el Jesús vivo. La iglesia visible debería negarse a continuar obstaculizando el progreso de la fraternidad invisible y espiritual del reino de Dios. Esta fraternidad está destinada a convertirse en un organismo viviente, en contraste con una organización social institucionalizada. Puede utilizar muy bien estas organizaciones sociales, pero no debe ser sustituida por ellas.
(1091.6) 99:5.7 Con la misma seguridad con que los hombres comparten sus creencias religiosas, crean también un grupo religioso de algún tipo que acaba creando unas metas comunes. Las personas religiosas se unirán algún día y se pondrán a cooperar realmente sobre la base de la unidad de los ideales y los objetivos, en lugar de intentar hacerlo sobre la base de las opiniones psicológicas y de las creencias teológicas. Son las metas, en lugar de los credos, las que deberían unir a las personas religiosas. Puesto que la verdadera religión es un asunto de experiencia espiritual personal, es inevitable que cada persona religiosa individual posea su propia interpretación personal sobre la manera de efectuar esta experiencia espiritual. La palabra «fe» debería representar la relación del individuo con Dios, en lugar de ser la expresión de un credo sobre el que un grupo de mortales ha conseguido ponerse de acuerdo como actitud religiosa común. «¿Tenéis fe? Entonces tenedla por vosotros mismos». (Urantia)
1. ¿QUÉ HACEMOS?
Trabajamos en pro de mejorar la calidad de Vida del ser humano en sus tres faces fundamentales: material, mental y espiritual, teniendo como base el mandato supremo: Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como así mismo.
2. ¿CÓMO LO HACEMOS?
Realizamos conferencias, capacitaciones, seminarios, campañas didácticas, sociales y recreativas en favor del bienestar de las personas a fin de contrarrestar los males que aquejan nuestra sociedad a través de nuestros centros de capacitación espiritual.
3. NUESTRA MISIÓN
Extender nuestra red de centros de capacitación y ponerlos a disposición del mundo entero, estamos instruyendo familias en: Estados Unidos, Francia, Italia, España, Suecia, México, Perú y Argentina entre otros.